En la parashá de Vayakhel, encontramos una narrativa rica y detallada que nos transporta al corazón del desierto, donde el pueblo de Israel se reúne para construir el Tabernáculo, un lugar sagrado que servirá como centro de su vida espiritual. Este capítulo, que forma parte del libro de Éxodo, nos ofrece lecciones valiosas sobre la colaboración, la generosidad y la importancia de seguir las instrucciones divinas.
El Shabat: Un Día de Descanso Sagrado
La parashá comienza con Moisés convocando a toda la comunidad de Israel para recordarles la importancia del Shabat. Este día de descanso completo, consagrado a D’s, es un mandamiento fundamental que destaca la necesidad de equilibrar el trabajo con el descanso y la espiritualidad. La prohibición de encender fuego en el Shabat subraya la santidad de este día y nos invita a reflexionar sobre la importancia de desconectarnos del trabajo diario para conectarnos con lo divino.
La Colecta de Ofrendas para el Tabernáculo
Moisés instruye al pueblo a traer ofrendas voluntarias para la construcción del Tabernáculo. Este llamado a la generosidad es respondido con entusiasmo por hombres y mujeres, quienes donan materiales preciosos como oro, plata, cobre, telas de colores y maderas finas. La participación activa de toda la comunidad, sin importar su género o posición social, resalta el poder de la colaboración y la unidad en la consecución de un objetivo común.
El Papel de los Artesanos y la Inspiración Divina
Entre los que se destacan en esta tarea están Bezalel y Oholiab, quienes son elegidos por D’s para liderar la construcción del Tabernáculo. Bezalel, en particular, es dotado con un espíritu divino de habilidad y conocimiento en diversas artesanías. Su nombramiento subraya la importancia de la inspiración divina en el arte y la creatividad, y nos recuerda que nuestras habilidades son dones que deben ser utilizados para el servicio de D’s y la comunidad.
La Construcción del Tabernáculo: Un Acto de Devoción
La descripción detallada de la construcción del Tabernáculo es un testimonio del compromiso y la devoción del pueblo. Desde la elaboración del arca de la alianza hasta la creación de las cortinas y los utensilios del altar, cada elemento es realizado con precisión y cuidado. Este proceso refleja la idea de que la construcción de un espacio sagrado es tanto un acto físico como espiritual, que requiere tanto habilidad técnica como dedicación espiritual.
Vayakhel nos invita a reflexionar sobre la construcción de nuestro propio «Tabernáculo», un espacio sagrado en nuestras vidas donde podemos conectar con lo divino. A través de la colaboración, la generosidad y la dedicación, podemos crear comunidades fuertes y vibrantes que reflejen los valores de nuestra fe.