Yoreh De’ah 257:17-258:6
En la tradición judía, el papel del recaudador de la caridad es crucial y está lleno de responsabilidad. A menudo, este individuo se encuentra en una posición delicada, ya que debe equilibrar las necesidades de los necesitados con las expectativas de aquellos que contribuyen a la caridad. Aquí hay algunas enseñanzas importantes sobre este tema:
- Resistencia ante las críticas: A pesar de los desafíos y las posibles críticas, el recaudador de la caridad debe perseverar en su tarea. Incluso si es insultado, se le recomienda no desanimarse, ya que su recompensa es aún mayor por su dedicación y servicio.
- Equidad en la distribución: Es fundamental que el recaudador distribuya los fondos de manera justa y equitativa entre todos los necesitados. No debe favorecer a sus parientes sobre otros, ya que los fondos de caridad pertenecen a la comunidad en su conjunto y deben administrarse con imparcialidad.
- Evitar el favoritismo: Si un pobre tiene familiares ricos en la comunidad, el recaudador debe asegurarse de no darle preferencia sobre otros necesitados. Incluso si los ricos contribuyen a la caridad, no se les debe dar más que a los demás, ya que los fondos de caridad están destinados a quienes realmente los necesitan.
- Responsabilidad en la gestión de fondos: Si alguien confía fondos a su esposa para que los done a la caridad, ella debe administrarlos con responsabilidad y de acuerdo con los deseos del donante. Además, cualquier cambio en la misión original debe ser acordado y autorizado previamente.
Estas enseñanzas nos recuerdan la importancia de la generosidad, la equidad y la responsabilidad en la gestión de la caridad. Al seguir estos principios, podemos asegurarnos de que los fondos destinados a ayudar a los necesitados se utilicen de la mejor manera posible para el beneficio de toda la comunidad.