La obligación de participar en el dolor del otro debe llevar a una persona a hacer todo lo posible por su compañero. Como encontramos en el caso de Moisés, que se esforzó ante el Faraón para aliviar el duro yugo de la esclavitud egipcia.»
«En la porción semanal se escribe acerca de Moisés: ‘Y salió a sus hermanos y vio sus sufrimientos’. Rashi explica: ‘Puso sus ojos y su corazón para sentir dolor por ellos’.
Se cuenta que en el año 5629 del calendario hebreo, una severa y terrible hambruna azotó la tierra. El Gaón Rabino Yehoshua Leib Diskin, de bendita memoria, y el Gaón Rabino Shmuel Salant, de bendita memoria, comenzaron acciones exhaustivas para aliviar, aunque fuera un poco, la terrible hambruna.
Después de este difícil período, el Gaón Rabino Yehoshua Leib Diskin sufrió graves problemas respiratorios. Rabino Moshe Yulis, quien cuidó al Rabino Yehoshua Leib Diskin, dijo que los médicos explicaron que su grave enfermedad fue causada por su gran preocupación por la alimentación de la gente de Jerusalén y por llevar en sus hombros la carga de su sufrimiento. El Rabino Yehoshua Leib Diskin, de bendita memoria, sufrió junto con los afectados por el hambre, hasta el punto de que su gran preocupación y emoción lo llevaron a padecer dificultades respiratorias.
‘Es asombroso’, se maravilló el Rabino Moshe Yulis, ya que cuando se le difamó falsamente en la ciudad de Brisk, estaba en riesgo de ser condenado a muchos años de prisión. Sin embargo, no se enfermó en absoluto. Incluso cuando huyó y fue encarcelado con criminales violentos, no se enfermó; y así también cuando escapó milagrosamente y se escondió en París, mientras la policía rusa lo buscaba, no se enfermó. Todo esto porque el peligro solo lo amenazaba a él, y, por lo tanto, no se enfermó, ya que confiaba en el Santo Bendito Sea. Pero cuando vio que otros sufrían y padecían, sintió su dolor y sufrimiento, compartió su carga y sufrió con ellos, y por eso se enfermó (citado en el libro ‘El Ángel de Brisk’).
La obligación de participar en el dolor del otro debe llevar a una persona a hacer todo lo posible por su compañero. Como encontramos en el caso de Moisés, que se esforzó ante el Faraón para aliviar el duro yugo de la esclavitud egipcia, así debe actuar la persona, saliendo de la indiferencia cuando ve el sufrimiento de los demás. Debe intentar con todas sus fuerzas ayudar, influir y esforzarse por los demás.
Incluso cuando la persona no puede actuar físicamente, debe ayudar a los demás a través de su oración, que debe surgir desde lo más profundo de su corazón. Y es digna esa oración que traerá salvación a quien la necesite.
Shabat Shalom