La Guerra del Yom Kipur (Día de la Expiación) en 1973 dejó una huella imborrable en la historia de Israel. En medio del conflicto, surge una historia única y conmovedora: la creación de la Yeshivá Faid, una institución de estudio de la Torá en pleno frente de batalla. Este relato destaca la resiliencia y creatividad de los soldados israelíes en busca de un refugio espiritual en los momentos más desafiantes.
El comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Motta Gur, junto con el entonces Jefe de Estado Mayor, Moshé Dayán, se enfrentaron a decisiones cruciales durante la Guerra del Yom Kipur. Entre ellas, la necesidad de establecer un lugar de estudio para los soldados que enfrentaban la realidad de la guerra en el frente.
En este contexto, surge la Yeshivá Faid en el Sinaí, a unos pocos kilómetros de la línea del frente. Su misión: proporcionar un refugio espiritual y un lugar para el estudio de la Torá a los soldados que enfrentaban los desafíos del conflicto con Egipto.
Los rabinos responsables de la yeshivá, el Rabino Ben-Meir y el Rabino Helfand, junto con el apoyo del comandante Motta Gur, crearon un espacio de aprendizaje en medio de la guerra. La yeshivá se convirtió en un faro de luz espiritual en tierras africanas, donde los soldados encontraron consuelo y fortaleza a través del estudio y la conexión con la tradición judía.
A pesar de las adversidades, la Yeshivá Faid prosperó. Con el tiempo, se convirtió en un centro espiritual para las tropas y también atrajo a soldados que no formaban parte de la unidad específica. Las actividades incluyeron rezos, estudios de Torá y lecciones de ética, creando un equilibrio entre las necesidades espirituales y los desafíos tácticos del conflicto.
A medida que avanzaba la guerra, la Yeshivá Faid se consolidó como un símbolo de resistencia y perseverancia. Después de la guerra, se firmaron acuerdos de retirada, y la yeshivá, que había cumplido su misión esencial, dejó su huella en la historia militar de Israel.
Aunque el tiempo ha pasado y la Yeshivá Faid puede parecer olvidada, su legado vive en la memoria colectiva como un ejemplo de cómo la espiritualidad y la educación pueden florecer incluso en los momentos más oscuros de la historia.