El cantante Avraham Fried, que vive en EE. UU., habla sobre el creciente odio y antisemitismo allí, y también se refiere al baile que «Dios nos debe»
El cantante jasídico Avraham Fried, residente en el barrio de Crown Heights en Brooklyn, EE. UU., se refirió a la creciente ola de antisemitismo en EE. UU. y expresó su preocupación por la pasividad de los judíos en todo el mundo frente a manifestaciones de odio. El cantante, que llegó a Israel después del horrible ataque en las comunidades de Gaza para fortalecer el ánimo de los residentes evacuados, dijo en una entrevista con ‘Kan Morashet’ que «no recuerda tal ola de antisemitismo y preocupación. Incluso hay un poco de miedo. Vemos el odio y lo sentimos. Sabíamos que existía, pero ahora el odio es abierto, y espero que el gobierno aquí esté pensando bien qué hacer. Es necesario legislar nuevas leyes contra la agresión a los judíos».
Añadió que «espera que el gobierno estadounidense abra los ojos antes de que sea demasiado tarde y la situación se salga de control”.
El cantante también habló sobre la música y dijo que durante 40 años no había sentido tal privilegio con el don del canto que recibió. «Fue un privilegio maravilloso estar junto a personas que han visto cosas que ojalá nadie vea en su vida», dijo. «Estaban destrozados, y el ambiente era muy duro. Ni siquiera sabía qué se podía decir o cantar en tal situación, pero el poder de la canción simplemente alivió su corazón roto y lo fortaleció. Es un regalo celestial que da un poco de fuerza para elevarse por encima de la situación actual, llegar y aspirar a algo más espiritual».
Al final, cantaron y bailaron juntos y salieron un poco del dolor y la tristeza. «Cantamos canciones fortalecedoras, canciones de oración. Y lo más importante, le pedí al Creador que hiciera bien al pueblo de Israel y dijera basta a nuestras aflicciones. Preferimos que los milagros nos unan, y no las aflicciones. Hemos pasado suficientes tragedias. Esa mañana llegamos a la sinagoga con ropa de Shabat y fiesta, listos para bailar con Dios y la Torá, y de repente los planes cambiaron y el día de alegría se convirtió en un día oscuro. Por eso le pedimos a Dios, nos debes el baile. Queremos bailar este baile junto al Mesías. No queremos bailar más con el corazón roto, sino un baile de alegría, y que no paremos de bailar después – nunca», emocionó.
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